Una mirada a través de la juventud

Barrios Altos, El corazón de Pachuca: Capítulo El Arbolito

Barrios Altos, El corazón de Pachuca: Capítulo El Arbolito
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Agosto 01, 2020 17:33 hrs.
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Brenda Ximena Ramírez Riva Palacio › Líderes Políticos

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UNA MIRADA A TRAVES DE LA JUVENTUD
Por: Brenda Ximena Ramírez Riva Palacio

Barrios Altos, El corazón de Pachuca: Capítulo El Arbolito.

Continuando con las historias de la Bella Airosa, en esta ocasión, he decidido escribir un poco de las muchas anécdotas que el Barrio El Arbolito contiene.

En este espacio, plasmaré relatos de vecinos y vecinas originarios del barrio. Son muchas las historias y leyendas, que hacen del Barrio El Arbolito, un lugar enigmático y de profundo arraigo, de esa Pachuca que nuestros abuelos añoran; por lo cual, citaré historias y anécdotas representativas que han dado la identidad legendaria de la que goza este centro de población, no obstante, podríamos describir decenas de columnas, por la riqueza de la gente que ha dado vida al Arbolito, por ello te pido, que me contactes, en caso de que consideres que la historia que hoy narro, debe de ser complementada con otras vivencias igual de importantes.

El Arbolito, es uno de los barrios más icónicos de Pachuca, por ello, no es la primera, ni la ultima vez que se escribe e investigue a tan querida y añorada tierra Pachuqueña.

Al igual que la mayoría de los Barrios altos de Pachuca de Soto, tiene una herencia minera indudable, para el siglo XX se convirtió en uno de los lugares más populares para vivir de los foráneos de distintos estados que migraban para trabajar en las minas.

La razón por la cual se le nombró El Arbolito, fue porque en aquel espacio, creció un árbol muy querido y respetado por los habitantes del lugar. Los callejones no contaban con nombre, pero las y los habitantes se ubicaban por los nombres de las pulquerías en las distintas calles, algunas de las más populares eran: El día feliz, Un día en Pachuca, Las Palmeras, El Puerto Rico, Las Olas Altas, Bar Don Cuco, El Faro, El Infierno, Tampiqueña, Las Quince Letras, Los Pajaritos, La venta de Santa Ana, etc. según cuenta el cronista oriundo del Barrio El Arbolito el Dr, Soto Oliver en uno de sus libros.

Estas pulquerías contaban con tanto éxito porque después del trabajo arduo en las minas, los señores pasaban por uno o dos tragos de pulque o marranilla de tejocote o naranja para refrescarse y recuperarse. En muchas calles, afuera de los bares, se improvisaban cuadriláteros de box y se subían todos ’entonados’ a pelearse; lo más curioso, según dicen, era que, al día siguiente de una pelea a puñetazos, tanto niños como hombres, se volvían a hablar y hasta abrazar como si nada hubiera pasado, el rencor, era algo que no entraba en su vocabulario.

Era un clásico que siempre se tuvieran inquilinos en casa, para que la familia tuviera unos pesitos más para ahorrar; en las meriendas, todos se juntaban en la mesa a tomar café de olla con un pan de alguna panadería cercana.

Cuentan varios vecinos, que sus ’redes sociales’ eran las llaves públicas, los habitantes del barrio se tenían que formar desde temprano para llenar sus cubetas de agua y en la fila, se contaban todos los chismes de novedad.

El barrio era distinguido por contener gente alegre y divertida, es por eso que, las actividades que más se realizaban eran: La quema de judas, funciones de box en cuadriláteros espontáneos, concurso de papalotes, danzones, castillos, toritos, peregrinaciones y posadas en diciembre, callejoneadas en septiembre y uno muy antiguo era el palo encebado que consistía en engrasar un poste y poner regalos en la cima, quien pudiera escalar hasta lo más alto, se ganaba el premio.

El Arbolito siempre se distinguió por sus equipos de futbol, jugando los fines de semana en el ’Pópolo’ y siendo invitados a participar en varios torneos, conocidos por ser aguerridos ante cualquier oponente.

Por los años 90s, el barrio pasó por tiempos muy complejos, se formó un grupo delictivo llamado ’Los Calcetines’ y a sus hijos ’Los tines’ donde existieron distintos disturbios y actos vandálicos ocasionados por los mismos.

Hay que reconocer, la unión y trabajo en equipo de los habitantes, ya que no se podrá olvidar la ocasión cuando muy molestos reclamaron y exigieron a las autoridades municipales que se les devolviera el árbol icónico que fue retirado del barrio, o cuando unidos cerraron todas las calles, bloqueando el paso el tiempo que fuere necesario, hasta que el gobierno les asegurara que se construiría una secundaría para sus hijos e hijas en el barrio.

Si hablamos del Arbolito, hablamos indudablemente de Efrén Rivera ’El Borreguito’ juez de barrio muy querido por las personas, quien trabajó hasta el último de sus días por ver mejor a sus vecinos, no olvidemos a Don Rosalío Flores también juez de barrio o al señor Alfredo Albarrán. Estos son algunos nombres de los muchos líderes naturales y grandes gestores que vivieron en esta parte de Pachuca.

Agradezco las historias al Arquitecto Corrales, Regina Ríos, Alberto Torres, Don Armando Martínez propietario de la tiendita Casa Martínez y la información de libros y artículos del Dr. Nicolas Soto Oliver QEPD cronista de dicho barrio.

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